CAPITULO 4
Joder, ¿por qué me molestan
mientras duermo?
-Vamos a cenar.-
-No quiero Marilyne, déjame.-
-Vamos, apresúrate. Son las 21 ya
dormiste lo suficiente, luego vienes y duermes.-
-Ag que pesada eres.-
-Espera, antes quiero decirte
algo.-
-Dime.-
-No digas nada sobre lo mío con
Charlie.-
-¿Sabes que te vi?-
-Pues sí, sabes que tengo un
sueño sensible.-
-Está bien. ¿Lo dirán algún día?-
-Sí, pero no ahora.-
-Bueno, vamos a cenar.-
Salimos de nuestra habitación derecho
a la cafetería, aún tenía sueño.
Entramos. Hicimos la fila para
recibir nuestra comida y la pelirroja me pregunta:
-¿Nos sentamos con los chicos, no?-
Inmediatamente miré hacia su mesa
y ahí estaba él, Richard.
-Mejor cenemos afuera ¿no te
parece?-
-Si quieres Mei.-
Salimos y ni mire hacia la mesa
iba mirando mi comida, iba pensando que iba a comer primero si la ensalada o
los tallarines. Qué decisión difícil tenía ante mí.
-Oye Marilyne, ¿puedo hacerte una
pregunta?-
-¿Qué sucede?-
-Tú que pensarías si por ejemplo
yo saliese con Charlie luego de hacerte algo como lo que me hizo Billy, ¿te enfadarías?-
-Pues, es muy difícil, creo que
en un principio me enojaría y trataría de fastidiarte pero luego comprendería y
aceptaría. ¿Por qué?-
-No, por nada en especial.-
-¿Paso algo con Richard?-
-¿Qué? No, claro que no.-
-Mentirosa.-
-No me fastidies quieres.-
-Está bien. Sigue comiendo.-
Terminamos de comer y Marilyne se
llevo ambas bandejas, le dije que me quedaría un rato sola y tranquila. Richard
me parece un poco atractivo, pero no puedo estar con él, es amigo de Billy. Si
sólo pudiera volver el tiempo atrás y evitar esto, todo estaría perfecto.
Mañana voy a ir al mercado y
trataré de encontrar a ese tal Abdel, quizás tenga razón y deba escucharlo,
aunque esta historia da miedo.
Me dirigí a mi habitación, ya era
de dormir.
Al despertar me aliste y me
dirigí a la cafetería, Marilyne por su parte ya no estaba. Fui a la cafetería y
Marilyne estaba sentada con los chicos, ¡rayos! No tengo escapatoria de
Richard. Llegue con mi plato y me senté en un espacio que había entre la
pelirroja y Richard.
-Buenos días a todos.-
-¡Buenas!- Dijeron.
-¿Oye hermosa rebelde luego
podemos hablar?-
-No lo sé. Tengo cosas que
hacer.-
No pude evitar mirar a Billy y
recordar todo lo que paso.
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